En este blog le habíamos dedicado varias entradas a trayectos completados con éxito por vehículos de conducción semiautomática. En esta ocasión, la noticia, desgraciadamente, es la contraria: un accidente mortal sufrido por un usuario de un automóvil Tesla.

Sucedió el 7 de mayo en EEUU, en el estado de Florida. El Periodico.es revela que el modelo Tesla S chocó frontalmente contra un camión que se había incorporado a la vía. Parece que éste lo hizo de manera perpendicular y los sistemas de reacción del coche no funcionaron a tiempo para evitar el impacto.

La misma compañía norteamericana expresó, en el comunicado publicado en su web, que ni el conductor ni el piloto automático, en funcionamiento en ese momento, percibieron la aproximación al vehículo de carga. En esa circunstancia pareció influir, fatalmente, el reflejo del sol sobre la superficie blanca del camión. El golpe del parabrisas del automóvil de conducción semiautomática con la parte trasera del tráiler fue fatal para el conductor del primero. Joshua Brown murió como consecuencia.

La National Highway Traffic Safety Administration ya ha abierto una investigación para esclarecer el suceso, las causas y los responsables. El artículo que mencionábamos de El Periódico.es incide en algo muy interesante en cualquier percance que sufran estos sistemas de conducción. Se trata de la responsabilidad atribuible: que si del conductor del tráiler, que si del seguro contratado por Tesla, que si de la propia compañía, que si de Brown. Todo parece apuntar a que éste no estaba pendiente de la carretera, aún con la conducción automática conectada (todo indica que estaba viendo una película en el momento del choque).

Es interesante, en este punto, indicar que Tesla, en el comunicado oficial que emitió a raíz del accidente, incide en el papel que juega el conductor para manejar esta tecnología. El modo piloto automático necesita su autorización para funcionar y al ser activado, el propio sistema recuerda a la persona al volante cual es su responsabilidad. Y ésta es estar vigilante y controlar todo lo que vaya sucediendo en el coche.

El sistema, por ello, le informa de que debe tener sus manos sobre el volante aunque haya fases en las que no lo maniobre. Además, saltaría una alarma en caso de no ser así porque es imprescindible tomar los mandos, si surgiera cualquier imprevisto.

Tesla, también, ha utilizado cifras para calmar a sus consumidores y a sus partners. El suceso fatal de mayo ha sido el primero producido en los más de 130 millones de millas recorridas con el piloto automático activado.

Iremos viendo cómo evoluciona la investigación de la NHTSA puesto que, además, marcará el proceder futuro en los casos de accidentes relacionados con los vehículos de conducción automática y semiautomática.