El pasado 23 de noviembre la automoción española sumó un nuevo hito a su historia, cuando un coche autónomo realizó el primer viaje en carretera abierta dentro de nuestras fronteras.

Se trataba del modelo C4 Picasso, fabricado en la planta que el grupo PSA Peugeot-Citröen tiene en Vigo. El vehículo recorrió, de forma autónoma, los 600 km que separan sus instalaciones pontevedresas de las madrileñas, ubicadas en Villaverde. A primera hora de la mañana, el coche salió de la fábrica de Balaídos en dirección al Centro Tecnológico de Automoción de Galicia. El CTAG se encuentra en la localidad de O Porriño y ha participado en el desarrollo del prototipo, uno de los 4 que tiene el grupo francés. Éste es el segundo test puesto que el primero completó una distancia similar, la que separa Burdeos de París. Para 2016 se espera que la cantidad de automóviles experimentales de la empresa gala llegue a 16.

El trayecto Vigo-Madrid se produjo sin incidencias, a una velocidad fijada de inicio de 95 km/h. Se activaron los sensores dispuestos por todo el coche que, junto a los radares y cámaras alojados en él, le permitían saber por donde circulaba, además de mantenerse en el carril, guardar la distancia con el resto de vehículos e, incluso, efectuar adelantamientos de manera segura. Toda esa información iba siendo procesada y expuesta en las pantallas para que la persona sentada al volante conociera el estado de la conducción en todo momento.

Este viaje es un espaldarazo para el desarrollo tecnológico aplicado al automovilismo autónomo que va a ser facilitado por la nueva normativa de la DGT. La autorización para efectuar pruebas con vehículos que se conducen solos ya no dependerá de cada comunidad autónoma, sino de la Dirección General de Tráfico. De momento, los test serán, únicamente, de carácter experimental y para ello la autorización será extensiva a: fabricantes, carroceros, laboratorios oficiales, instaladores de la tecnología, además de instituciones colaboradoras en la forma de universidades y consorcios. La DGT establecerá los tramos de vía urbana e interurbana donde se probarán los automóviles en un plazo de 2 años prorrogables.

Con esta normativa aperturista se busca una mayor seguridad vial ya que los accidentes de tráfico provocados por fallos humanos son demasiado comunes. De entrada, los vehículos autónomos parecen ejercer una conducción más concienzuda y eficiente. Tendremos que ver cómo evoluciona esta incipiente industria en la que la tecnología española va cobrando peso.