La innovación se está aplicando a muchos campos y es por ello que somos testigos del creciente binomio moda-tecnología. Lo vimos en la última gala del Museo Metropolitano de Nueva York.

La Met Gala, que se celebra el primer lunes de mayo, es siempre un desfile espectacular de diseños relacionados con una temática, eje de la exposición anual del Instituto del Traje. Manus x Machina: Fashion in an Age of Technology era la de este año y aunque vimos muchos tejidos plateados, pocos fueron los modelos verdaderamente tecnológicos. Dos, en concreto.

Georgina Chapman y Keren Craig, las diseñadoras de Marchesa, crearon, para la ocasión, un vestido con luces LED. Combinaba conectividad con emociones y la top Karolina Kurkova fue la elegida para llevarlo. Las luces del diseño cambiaban en función del tono de la conversación en Social Media. Para más señas, según las emociones de los tuiteros que comentaban la gala. Una tecnología aplicada en tiempo real, con el mismo tipo de impacto.

El vestido con conectividad fue una labor conjunta entre Marchesa e IBM, o más bien con los especialistas de IBM Watson. El sistema, basado en inteligencia artificial, maneja y analiza una enorme cantidad de información, que cruza mientras aprende. Marchesa, además de la creación artística y la confección final, seleccionó las emociones sobre las que la prenda reaccionaría (alegría, curiosidad, ánimo, excitación, pasión).

El grupo de trabajo de IBM Watson, comandado por Jeff Arn en colaboración con Victoria Piunova (IBM Research), se encargó de obtener los colores adecuados a los que asociar los sentimientos. En relación a esto, la empresa norteamericana alimentó al sistema informático con cientos de imágenes de vestidos de la firma de moda, para interiorizar la paleta de colores más utilizados.

Inno 360, partner de IBM, fue la dedicada a identificar tejidos que respondieran bien a las luces LED adheridas. También se tuvieron en cuenta parámetros como el peso, la luminosidad y la flexibilidad. Chapman y Craig seleccionaron, finalmente, el tejido acorde con el espíritu y la identidad de la marca. Con la herramienta Tone Analyzer fueron extrayendo el tono de los comentarios que los usuarios de Twitter hacían sobre el vestido. Una apuesta atrevida que resultó algo descafeinada, en la práctica, en cuanto a las variaciones de colores y sus contrastes.

Otro de los diseños que revolucionó la alfombra roja del MET y que sí conquistó a todos fue el confeccionado por Zac Posen. Lucido por Claire Danes, era un radiante vestido de corte princesa que se volvía luminoso en ambientes con poca luz. Ello fue así gracias a las hebras (más y menos gruesas) de fibra óptica, adheridas al tejido y que transmitían luz por toda la prenda.

Esos matices lumínicos fueron generados por pequeñas LED incrustadas, como los filamentos, en la gasa procedente de Francia y usada para la confección. El diseño no pesaba al disponer de una estructura muy ligera e ir hueco por dentro. 600 fueron las horas de trabajo que el Atelier del modisto neoyorquino dedicó a crear un vestido espectacular que llevaba, también, 30 minibaterías cosidas al forro. Una pieza de la que se fueron desvelando detalles en las redes sociales, antes de ser vista en la alfombra roja y convertirse en la sensación de la noche.

Se trató de una apuesta más de Posen por conjugar la moda y la tecnología, algo que ya logró durante su desfile de la Semana de la Moda de Nueva York, en septiembre de 2015. El blog de Bolsalea dedicó un post a esa creación que lució la modelo y musa del diseñador Coco Rocha, y que constaba de 500 luces LED. Éstas fueron encendidas gracias a un algoritmo informático, cuyo código crearon las jóvenes programadoras que participan en la iniciativa Made with Code. Este proyecto ayuda a chicas de todo el mundo a que desarrollen su pasión por la creación de código y dejen de ser minoría.

Las propuestas de Marchesa y Posen son las muestras recientes de mayor impacto global de la tecnología aplicada a la moda. Pero, hay iniciativas más modestas que abordaremos en otro post, algunas de ellas unidas a la impresión 3D.